La Federación de Asociaciones de Productores Agrícolas de Venezuela
(Fedeagro) clausuró hoy su Asamblea Anual en la ciudad de Araure, estado
Portuguesa, reafirmando su compromiso con el sector agrícola y emitiendo una
contundente «Declaración de Araure» bajo el lema «Valoremos la Agricultura,
porque siembra la esperanza y cosecha la prosperidad.»
El evento, que se llevó a cabo el 1 y 2 de julio, congregó a agricultores,
empresarios, académicos y estudiantes de todo el país, y sirvió de escenario a la
elección de la nueva directiva de Fedeagro para el período 2025-2027.



Expertos nacionales e internacionales debatieron sobre la situación actual del
sistema agroalimentario venezolano, destacando sus fortalezas y oportunidades,
pero también señalando las severas limitaciones y desafíos que enfrenta el sector
y por lo cual esta institución gremial, enfatiza la necesidad de acciones urgentes
para garantizar la sostenibilidad y el crecimiento de la producción nacional.
En la «Declaración de Araure», Fedeagro no solo sentó las bases para el futuro del
gremio, sino que también puso el foco en las múltiples problemáticas que lastran
la competitividad y la viabilidad del sector agrícola en Venezuela. Los puntos clave
de esta declaración son una clara radiografía de los desafíos que los agricultores
enfrentan a diario:
Señalan que la agricultura venezolana está en una situación de vulnerabilidad
extrema, debido a que los productores nacionales no reciben las ayudas internas
que sí disfrutan sus pares en otros países, ya sean desarrollados o en vías de
desarrollo. Esto, afirman, los deja en una clara desventaja frente a las
importaciones que llegan subsidiadas desde sus países de origen, a menudo con
procesos inflacionarios mucho más bajos que los nuestros, y lo que es peor,
entran al país sin pagar aranceles ni impuestos aduanales, lo que consideran es
una competencia insostenible que asfixia al productor local.
“Lo que antes eran ayudas cruciales para el campo, como el combustible, los
fertilizantes y la exoneración del impuesto sobre la renta, hoy han desaparecido y
en su lugar, una carga tributaria excesiva ahoga a las cadenas agroalimentarias,
llevando a Venezuela a tener los costos de producción agrícola más altos de toda
la región”, añaden..

En este contexto, “los agricultores venezolanos se encuentran en el eslabón másdébil de la cadena de valor. Los precios que reciben por sus productos son fijados por las industrias, los intermediarios y el comercio, lo que amplía la brecha entre el precio final en el supermercado y lo que realmente llega al productor. Además, el
acceso al financiamiento se ha convertido en uno de los obstáculos más severos para el crecimiento. La banca ofrece una cartera productiva restrictiva, limitada a pocos rubros como maíz y arroz, y sujeta a rigurosos filtros gubernamentales”.
Además, no es inadvertido que el sistema de doble tipo de cambio es un
golpe directo a los ingresos de los agricultores, mientras el dólar oficial está sobrevaluado, el dólar paralelo, más cercano a la realidad económica, es el que rige para la compra de insumos y servicios.
“Esto significa que los agricultores cobran en bolívares al tipo de cambio oficial,
pero sus costos se disparan al valor del paralelo. A esto se suma el calvario del
suministro de gasoil, que es discontinuo, caro e irregular. Esta escasez y
encarecimiento del combustible, vital para la maquinaria agrícola, provoca retrasos
en las siembras, pérdidas de cultivos y una drástica disminución de la
productividad”, apuntan
Leer más : Juramentada nueva directiva de Fedeagro del 2025-2027
En cuanto a la reducción de superficie cultivada, se refleja en el documento que la
recuperación en la producción de algunos rubros clave como el maíz, el arroz y la
caña de azúcar no se debe a un aumento en las áreas cultivadas, sino a un
incremento de la productividad en las tierras ya existentes. Esto, lamentablemente,
implica que tierras, explotaciones y un gran número de agricultores han sido
desincorporados del proceso productivo, quedando al margen de la actividad.
La “Declaración de Araure”, igualmente aborda el impacto climático, recordando
que la agricultura venezolana es mayormente de secano, lo que la hace
extremadamente vulnerable a fenómenos climáticos como «El Niño y La Niña» por
lo que para mitigar estos efectos y encarar los nuevos desafíos del cambio
climático, Fedeagro insiste en la necesidad vital de tecnología, insumos de
calidad, maquinaria adecuada y un robusto apoyo financiero.
Tragedia por intensas lluvias
Fedeagro hace un llamado a la Unidad y la Productividad
También apuntan en la declaración, que las recientes e intensas lluvias han
desatado una verdadera tragedia en las regiones de Los Andes y los llanos
occidentales de Venezuela, siendo la situación alarmante, con la pérdida
lamentable de vidas humanas, así como un devastador impacto en la economía
local. Semovientes, cultivos e infraestructura productiva en fincas han sido
arrasados, sumándose a la destrucción de la infraestructura de servicios públicos,
viviendas y enseres de innumerables familias, en una catástrofe que ha dejado a
miles de agricultores y sus seres queridos en una situación de extrema
vulnerabilidad.
En este contexto de emergencia, las asociaciones de Fedeagro manifiestan su
total disposición a cooperar con las autoridades públicas y las organizaciones de
la sociedad civil que se encuentran atendiendo a las poblaciones y agricultores
impactados por las lluvias y ofrece concurso y experticia para colaborar en la
articulación de esfuerzos que permitan una respuesta más eficaz y coordinada
ante esta crisis
Por último, destacan los agremiados de Fedeagro, que a pesar de ser problemas
estructurales de larga data, la inseguridad de bienes y personas en el campo, el
mal estado de la vialidad agrícola, la irregularidad en el suministro eléctrico y la
deficiencia de otros servicios públicos rurales son aspectos que exigen una
atención inmediata y urgente para garantizar la vida y el trabajo en el campo.
Elizabeth Houllier/Prensa Fedeagro
CNP 2974




