Lograr financiamiento para la siembra en el campo ha sido, en los últimos años, una de las mayores dificultades que atraviesan los productores agrarios para recuperar e incrementar la producción.
Este escenario, según advierte la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios de Venezuela (Fedeagro), ha sido caldo de cultivo para que emergieran mecanismos para la obtención de recursos económicos que poco favorecen en la realidad al agroproductor.
Sobre todo a los pequeños y medianos que carecen de recursos propios para invertir en sus cosechas y que tampoco tienen acceso a créditos a través de la banca,
Entre estos mecanismos que emergieron, sobre todo en estados líderes en la producción agraria como Portuguesa, Guárico o Cojedes, está la figura de las asociaciones de productores.
Según el director general de Fedeagro, Roberto Latini, se trata de organizaciones que funcionan como “bancos de segundo nivel” donde se desconoce el origen de los fondos que usan para financiamiento pero que, desde la época de la pandemia, han proliferado en las regiones agrícolas del país.
Estas asociaciones de productores, explica Latini, ofrecen recursos al productor en forma de insumos como químicos, semillas, fertilizantes y en muchos casos dinero en efectivo para pagos de nómina y gastos operativos.
El costo que paga el agroproductor es alto, ya que la devolución del financiamiento tiene una condición: está obligado a entregar por completo su cosecha a la asociación.
El vocero gremial explicó que estas asociaciones “se establecen en un sitio y empiezan una campaña para darse a conocer con este tipo de financiamiento y el productor, ante la imposibilidad de ir a la banca tiene que acudir a ellos”.
Muchos productores optan por acudir a este tipo de asociaciones, “a veces bajo engaño, a veces porque creen que realmente serán beneficiosas para ellos en algo”.
«Crédito» pagado en especie
Fedeagro advierte que este tipo de asociaciones han proliferado sin control o supervisión en las zonas agrarias del país y que, además, al momento de solicitar el retorno de la inversión en el campo, condicionan al productor a tranzar solo con el producto cosechado en su totalidad.
“La contraparte de ese capital que invierten es solicitar la paga con la producción total de maíz, arroz o con el cultivo de lo que se esté produciendo”, afirma Latini.
En cuanto a las tasas de interés, las asociaciones de productores no reportan al productor el monto del crédito en monedas sino en kilogramos del producto sembrado.
Con información de https://www.bancaynegocios.com/