FEDEAGRO | 23 MAY 2022
Turén (Venezuela) (AFP) – Millares de costales de fertilizante llenan galpones, entre tractores y maquinaria, listos para la siembra… pero son insuficientes. Una guerra a 10.000 km de distancia tendrá consecuencias en Portuguesa, región agrícola considerada el «granero» de Venezuela.ANUNCIOS
No es un caso aislado: la invasión rusa de Ucrania, ambos proveedores de fertilizantes para América Latina, abre una carrera en toda la región.
«10 26 26», se lee en sacos de fertilizante ruso usado por productores en Turén (estado Portuguesa, oeste). Esas cifras reflejan la composición química de las pequeñas esferas blancas que rellenan esos costales: 10% nitrógeno, 26% fósforo y 26% potasio.
Cae un aguacero en el comienzo de la temporada de lluvias y es hora de preparar los suelos para sembrar maíz, vital en la alimentación de los venezolanos y base de las tradicionales arepas.
Rusia es el mayor exportador de fertilizantes del mundo, con ventas de 7.600 millones de dólares anuales en 2020, según el Observatorio Económico de Competitividad (OEC), prácticamente paralizadas por la guerra y las sanciones internacionales derivadas del conflicto.
Con información de AFP