FEDEAGRO| 26 JUL 2021
Para Osman Quero, primer vicepresidente de la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios de Venezuela (FEDEAGRO), el año 2021 ha transcurrido para los productores agrícolas atado a la falla en la distribución del combustible.
A juicio del gremialista, sí existe combustible en el país, pero aún precio inaccesible, que perjudica a los productores.
“Necesitamos combustible para las cosechadoras, transporte e industrias que acondicionan el maíz para la próxima cosecha”
El representante del sector agrícola detalla la necesidad de retomar la distribución de combustible requerido para el transporte de los alimentos y las industrias productivas, en la próxima cosecha de maíz que inicia en septiembre. “Por hectárea se requieren 62 litros de combustible aproximadamente”.
Quero, aseveró que la distribución del maíz y el arroz se vieron afectadas por la difícil circunstancia, que además ha traído consigo un mercado negro sin restricciones ni correlación a los precios de los alimentos.
SITUACIÓN DEL COMBUSTIBLE
Afirma, la existencia de un mercado negro donde no se controlan los precios, y esto es perjudicial para el sector. Asimismo afirma que la entrega formal de combustible para los productores por parte del Ministerio de Agricultura, no es negativa, pero si cuestionan la cantidad que es entregada, ya que dicho importe no se correlaciona con las hectáreas que puede tener el productor.
En este sentido detalla que al faltar el combustible el productor debe buscar el carburante en otras instancias como el denominado “bachaqueado”, llegando a cancelar entre 0.90 a 1 $ por litro.
ALCABALAS COMO IMPUESTO ADICIONAL
La situación en las alcabalas no puede convertirse en un impuesto a los horticultores, a ejemplo de ello, Quero asegura que los camiones que llevan estos rubros al llegar a las alcabalas, se ha vuelto común la exigencia de la documentación. Si por alguna razón, afirma el gremialista, no está algún documento al día deriva en ser “pechado” por los funcionarios.
Esta situación se traduce, en dejar productos o rubros de las cosechas que se transportan en ese momento en las distintas alcabalas que se encuentran en el camino, a juicio de Quero esta situación es prácticamente el pago de un “impuesto”. La exigencia del sector está, en que no se debería permitir el trato que se da en las alcabalas a los transportes de alimento, que en consecuencia se traduce en un costo que termina encareciendo los productos al consumidor”